“Puede haber algunas formas de incomprensión hacia los sirios”
ENTREVISTA A LA ANTROPÓLOGA PILAR URIARTE Carolina Delisa @carodelisa - 09.07.2014, 05:00 hs. http://www.elobservador.com.uy
Ante la llegada de los refugiados sirios, la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República colaborará con la integración de los niños y adolescentes que vendrán con sus familias a Uruguay. La doctora en antropología y profesora del área de antropología social de Humanidades, Pilar Uriarte, será la encargada de coordinar los talleres con las personas que tendrán contacto con los sirios, ya sean funcionarios del gobierno, de organizaciones sociales, médicos o educadores. Se ofrecerán clases de árabe a los uruguayos y cursos de español a los migrantes. Uriarte explicó a El Observador cuáles serán los desafíos que tendrán ambas partes en el proceso de integración.
¿En qué se basarán los talleres de sensibilización?
Vamos a trabajar los estereotipos que hay en torno a la situación de estas personas. En algunos casos pueden ser pensamientos positivos pero que están construidos de antemano, sin saber cuál es la gente real y las situaciones concretas por la que pasó. Se trabajará en entablar un diálogo con personas que vienen de un lugar muy distante, con vulneración de sus derechos. Pensábamos abordar cuál es el conflicto que se está viviendo en Siria, los antecedentes de esas personas en términos geográficos y en términos de organizaciones. No está solo la situación de guerra, sino que la situación de campamento de refugiados también es compleja. Son asentamientos muy provisorios, que a veces se prolongan mucho más. Va a ser población mayoritariamente musulmana. Y hay todo una serie de proyecciones que nosotros hacemos sobre las personas islámicas, musulmanas, con ideas de que son fundamentalistas, fanáticos religiosos. Que eso no tape, o no impida, o no dificulte el diálogo con los niños y familias que van a llegar.
Al tratarse de migrantes vulnerables, ¿en qué habrá que tenerse especial cuidado?
Más allá de que la sociedad se ha visto muy interesada en el tema, el riesgo mayor que se corre es, en esa intención de ayudar, pasar por encima de las necesidades reales de estas personas. Se habló mucho del tema adopción, y la idea es que los niños estén lo más arraigados posibles a las redes que ya tienen en los campamentos. Ellos van a venir con personas referentes. Nosotros tenemos que tomarnos el trabajo de escuchar qué es lo que estas personas están precisando y en qué medida podemos ofrecer lo mejor para que se integren a la sociedad y reconstruyan un proyecto de vida de la forma más próxima a los moldes que ellos piensan. No construirles un proyecto nosotros, sino respetar que esos grupos vayan haciendo su proceso de incorporación. No generar otra forma más de violencia e imposición sobre personas que ya vienen de trayectorias de imposición.
¿Cuál es la principal barrera para su adaptación, además del idioma?
El idioma va a ser una barrera subsanable, sobre todo en los niños. Va a ser la primera gran barrera. Después lo que enfrentan son desafíos. Por ejemplo, lograr una integración real en el ámbito laboral. El sistema educativo va a tener desafíos, sobre todo para los adolescentes. Va a ir mucho en este tipo de apoyos que podamos ir construyendo.
¿Cree que pueden llegar a tener un choque cultural con la sociedad uruguaya?
No. Creo que pueden haber algunas formas de incomprensión, por ejemplo, en cuanto a los roles de género. No sé si estas personas van a ser de una población rural, o urbana. Es un mundo muy heterogéneo. Pero imagino que las niñas más grandes deben de estar bastante a cargo de tareas de cuidados. Si bien parte de nuestro trabajo va a ser ofrecer oportunidades de insertarse en la dinámica educativa, también vamos a tener que respetar que eso se haga como un proceso. Para ellos, que pasaron situaciones de violencia extrema, estos temas pueden ser mucho más sensibles que para nosotros. Estas son dificultades al momento de la integración, de comprender las dinámicas que el grupo establece para sí mismo. Son personas que pasaron por situaciones de violencia extrema. Y nosotros no tenemos mucha experiencia de trabajo en esta área en concreto. Lo vamos a ir sabiendo más a medida que conozcamos a la población.
¿Qué posibilidades hay de que terminen quedando juntos, pero segregados del resto de la sociedad?
Creo que puede ser uno de los riesgos. Se está prestando atención para no generar eso. En principio, las primeras fases de integración van a ser manteniendo al grupo, por temas de idioma y sus situaciones. Hay que respetar que son un grupo, pero no sentenciarlos a que permanezcan en un grupo etnizado al interior de nuestra sociedad. No hay nada implícito en la cultura de las personas que lleguen, o intrínseco en nuestra cultura, que impida la integración. No hay determinantes. Tampoco hay que forzarlos a separarse en pos de la integración.
¿Cree que la sociedad uruguaya es de integrar, o tiene cierto perfil discriminatorio?
La sociedad está, cada vez más, recibiendo flujo de población migrante y algunos son mirados con mejores ojos que otros. La población de Europa es muchísimo mejor recibida que las migraciones regionales, de origen andino, caribeño, africano, o asiático.
¿De qué lado estarían los sirios?
Están del lado no tan bien posicionados de esa escala, que es un poco racial y eurocéntrica. De todos modos, creo que, al tratarse de un fenómeno específico con tanta difusión, se ha hecho una apertura positiva del tema. Frente a un llamado de solidaridad, los uruguayos respondemos bien. (Sucede) mucho menos cuando las interacciones son menos mediatizadas.
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